Bruselas propone la creación de un euro digital, una moneda digital respaldada por el Banco Central Europeo (BCE).
La iniciativa busca ofrecer a los consumidores una opción de pago electrónica a nivel europeo, tanto en línea como fuera de línea.
Los ciudadanos podrían almacenar hasta 3.000 euros en monederos digitales seguros, y se asegura que se protegerá la privacidad de los datos personales.
La propuesta debe recibir el respaldo de los Estados miembros de la UE y el Parlamento Europeo, con el objetivo de lanzar el euro digital en 2027, después de la aprobación del BCE. China, Jamaica y Bahamas ya tienen sus propias monedas digitales, mientras que Estados Unidos está en proceso de desarrollar un dólar digital.
La Comisión Europea ha propuesto un marco jurídico para el futuro euro digital, que complementaría al efectivo en lugar de reemplazarlo. El objetivo es ofrecer a los ciudadanos y empresas una opción adicional de pago digital, segura y económica. El euro digital funcionaría como un monedero digital, permitiendo pagos en línea y fuera de línea, e incluiría límites de cantidad para evitar la retirada masiva de depósitos bancarios. Los bancos y proveedores de servicios de la UE distribuirían el euro digital, y se fomentaría la inclusión financiera permitiendo a las personas abrir cuentas en oficinas de correos u otras entidades públicas. Los comercios estarían obligados a aceptar el euro digital, salvo excepciones justificadas. Además, se garantizaría la aceptación generalizada del efectivo y el acceso suficiente al mismo. La propuesta debe ser adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo, y el Banco Central Europeo decidiría si y cuándo emitir el euro digital.
Durante la fase de investigación, se han publicado en este medio los casos y pruebas ejecutadas hasta la fecha. El objetivo de estas pruebas era evaluar la viabilidad tecnológica de las opciones de diseño identificadas en el informe sobre el euro digital. Los experimentos se organizaron en cuatro áreas de trabajo (work streams) y abordaron diferentes características de diseño. Estas áreas de trabajo se centraron en el libro mayor digital del euro, la privacidad y la prevención del lavado de dinero, los límites en la circulación del euro digital y el acceso de los usuarios finales:
- El stream 1 se enfocó en un sistema basado en cuentas y probó la emisión, el canje y la distribución del euro digital utilizando la infraestructura existente del sistema TARGET Instant Payment Settlement (TIPS). Se investigó la escalabilidad del sistema TIPS como posible infraestructura para el euro digital.
- El stream 2 se centró en cómo combinar un libro mayor centralizado con una o varias plataformas descentralizadas basadas en tecnología de registros distribuidos (DLT). Se probaron y demostraron dos enfoques alternativos para liquidar transacciones entre libros mayores. Se buscó comprender cómo se pueden agregar diferentes características al euro digital, como la programabilidad y la privacidad, mediante la combinación de tecnologías centralizadas y descentralizadas.
- El stream 3 evaluó una solución basada en una plataforma de blockchain y tokens de valor fijo («monedas digitales») para la emisión, el canje y la distribución del euro digital. Se exploró la escalabilidad potencial de esta plataforma de blockchain y los billetes digitales como posible infraestructura para el euro digital. También se analizó la posibilidad de combinar esta solución con componentes existentes de identidad digital y firma digital.
- El stream 4 se centró en soluciones de pago offline utilizando instrumentos de portador basados en hardware, que podrían facilitar el uso del euro digital como instrumento de pago. Se seleccionaron seis empresas para realizar pruebas de concepto y generar informes de investigación que abordarán preguntas sobre el diseño del euro digital y los instrumentos de portador basados en hardware.
En resumen, estos experimentos permitieron evaluar diferentes aspectos técnicos y de diseño relacionados con el euro digital y obtener una comprensión más amplia de su viabilidad y aplicaciones potenciales. Estos esfuerzos buscan sentar las bases para la posible implementación del euro digital en el futuro. Se presenta a continuación el calendario del proyecto de implementación del Nuevo Euro Digital:
La propuesta de la Comisión busca que el euro digital tenga la misma validez que el efectivo. Para lograrlo, se han propuesto dos marcos legales. Uno se refiere al propio euro digital, que será accesible de forma gratuita para todos y se podrá utilizar como método de pago en cualquier establecimiento, similar a las transacciones con tarjeta. El segundo marco se refiere al euro en efectivo, asegurando que siga siendo aceptado en todas partes y garantizando la existencia de cajeros automáticos.
Aunque el euro digital no tendrá límites en cuanto a sus funciones, se establecerá un límite máximo de posesión por persona para evitar la fuga de dinero de los bancos. Aunque no se ha especificado una cifra oficial, análisis previos del Banco Central Europeo sugieren un límite de 3.000 euros digitales por persona.
Los bancos desempeñarán un papel importante en el acceso al euro digital, ya que estarán obligados a proporcionarlo. Sin embargo, su papel se reducirá, ya que no serán necesarios para la existencia del euro digital. La idea es que los ciudadanos puedan acceder a monederos digitales con euros a través de oficinas postales y otras entidades públicas de forma gratuita, similar a la compra de una tarjeta prepago.
A diferencia de los depósitos bancarios, el euro digital no generará intereses. Esto implica que no se obtendrá rentabilidad por tener euros digitales. La idea es que el euro digital se utilice principalmente para pagos diarios o pequeñas transacciones, mientras que para ahorros o adquisiciones más grandes, se recurra a los bancos y se utilice el euro tradicional.
Para garantizar la privacidad, se permitirán pagos offline con el euro digital, lo que significa que se podrán realizar transacciones sin necesidad de un teléfono móvil o conexión a internet. Según la Comisión Europea, el objetivo es que los pagos con el euro digital involucren menos datos personales que los pagos con tarjeta, y se busca evitar el seguimiento de las transacciones. Las soluciones técnicas específicas para lograr esto aún están siendo probadas en diferentes pruebas piloto.
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